El Legado del Amor Inquebrantable: Lecciones para Hoy

 



 


(HOMILÍA)


Hermanos y hermanas en Cristo,

 

Hoy nos reunimos en la presencia del Señor para reflexionar sobre el poder del amor inquebrantable que nos ha sido revelado a través de la vida y enseñanzas de nuestro Salvador, Jesucristo. En este día sagrado, recordamos a los doce discípulos, aquellos elegidos por amor para seguir a nuestro Señor en su misión terrenal.

 

En la historia de la humanidad, no hay amor más grande que el que Jesús nos ha mostrado. Él caminó entre los hombres, su presencia irradiaba un resplandor divino que iluminaba las almas de aquellos que lo encontraban. Sus palabras y acciones estaban impregnadas de un amor que trascendía todo entendimiento humano.

 

Los doce corazones que fueron seleccionados para acompañar a Jesús fueron testigos privilegiados de su amor inquebrantable. A pesar de sus dudas y fallos, el amor de Cristo nunca se desvaneció. Lo vieron partir el pan en la mesa, lo vieron elevarse en oración en la montaña. En cada momento, en cada gesto, el amor de Cristo se manifestaba con una claridad asombrosa.

 

En la cruz, Jesús demostró la profundidad de su amor al sacrificar su vida por la redención de la humanidad. Su amor trasciende el tiempo y el espacio, llegando hasta nosotros en este preciso momento. Él no solo vino por los doce, sino que vino por todos nosotros, para ofrecernos la salvación y la vida eterna.

 

Así que hoy, hermanos y hermanas, abramos nuestros corazones al amor inquebrantable de Cristo. Dejemos que su amor resuene en nuestras vidas, que ilumine nuestro camino y nos guíe hacia la plenitud de la vida en él. Recordemos siempre que, en cada paso que damos, en cada palabra que pronunciamos, en cada acción que emprendemos, podemos encontrar el amor eterno de nuestro Señor Jesucristo.

 

Que esta canción que vamos a escuchar nos recuerde la grandeza y la belleza del amor de Cristo. Que nos inspire a vivir nuestras vidas en respuesta a ese amor, compartiéndolo con todos los que nos rodean.

 



En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


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